martes, 26 de mayo de 2015

Mont Blanc 4810m

 ¿Cuando empecé a soñar con subir el Mont Blanc?, difícil saberlo, solo se que han sido muchas noches imaginando como sería, pero de repente estas en la cima, no lloras, ni caes de rodillas de la emoción, simplemente estas allí, ya no volverás a imaginar, a partir de ahora serán recuerdos, la primera vez que subí al Mont Blanc.
 He reservado mi asiento en ventanilla, así que la primera vez que veo los Alpes es desde el avión,


es imponente, ya desde aquí te empiezas a hacer una idea de las dimensiones, ¿hasta allí arriba hay que subir?.
Desde el aeropuerto de Ginebra cojo un autobús que en cosa de hora y algo nos deja en mitad de Chamonix, tengo la suerte de compartir el trayecto con un compañero de Logroño que va a hacer el Tour del macizo, es un alivio llevar alguien al lado para poder ir desahogándote según te vas a acercando,


Aiguille du Midi a la izquierda, al fondo el Mont Blanc
no puedo dejar de mirar, cuesta asimilar las dimensiones, me tengo que pegar al cristal para poder ver la cima del Aiguille du Midi, el autobús me deja en pleno centro de Chamonix, busco la oficina de turismo para preguntar por el albergue donde pasaré los próximos diez días (menos una noche),


De izq. a drch. Aiguille du plan, Aiguille du Midi, e inmerso en una nube lenticular el Mont Blanc
desde la puerta de la oficina de turismo puedo ver atónito como la cima del Mont Blanc se encuentra envuelta en una nube lenticular perfecta que recibe allí el nombre de l' Anê (el Asno),


Chalet Ski Station
me voy a alojar en el Chalet Ski Station, acogedor albergue regentado por Veronique que recomiendo al 100%, esta situado justo bajo los remontes que nos suben a Le Brévent, esto significa que si bajamos a la Rue du Docteur Paccard la calle turística de Chamonix por excelencia tardaremos 4 minutos, 8 para subir que empina bastante, nada más entrar me encuentro con un Colombiano, Juan Carlos, ya he tenido que desempolvar mi ingles y empezar a chapurrear algo para llegar hasta aquí así que encontrarse con alguien que habla castellano es una alegría, lo mejor será que no solo nos entenderemos por el idioma, también compartiremos objetivos, me instalo y empiezo a charlar con el camino del Mcdonals, también viene a escalar el techo de los Alpes. Mientras me como una hamburguesa que sabe diferente a las de aquí me comenta que dan buen tiempo para los dos días siguientes, sabado y domingo, el lunes empieza el baile atmosférico, nos acercamos a la 'Office de Haute Montagne' para confirmar los pronósticos y así es,



llevaba mirando el tiempo un par de semanas desde Madrid y aunque ya sabía que tan solo los primeros días iba a tener buen tiempo contaba con al menos un día más de margen, habrá que salir el día siguiente para hacer cima el domingo, por un lado creo que es lo mejor, tengo tanta incertidumbre que estoy deseando salir para arriba, los nervios me impiden siquiera visitar el pueblo, ya habrá tiempo después, tan solo preparar la mochila y planificar el día siguiente, después intentar dormir,



en ningún momento pensé que estaría saliendo hacía el Mont Blanc la primera mañana que despertase en Chamonix pero así es, mi mayor miedo es el mal tiempo y pensar en dejar pasar solo un buen día me hubiera desesperado, espero el primer bus que me llevará a Les Houches, me bajo en la parada de Bellevue, justo enfrente de los remontes que, si queremos, nos suben hasta 1801m., si no queremos que nos suban entonces arreando, deberemos andar durante cinco minutos por la calle en la que nos encontramos hasta que veamos los carteles que nos indiquen por donde desviarnos al GR-5,



seguimos las indicaciones hacia el Col de Volza, el camino esta bien señalizado y nos irá poniendo a tono pues discurre en su mayor parte por pistas de esquí,


Col de Volza 1650m., a la drch. la espectacular arista de Bionassay
desde aquí tomaremos un camino a la derecha de la vía del tren que paralelamente a el nos lleva hasta Bellevue, lugar donde termina el remonte que sube desde Les Houches,


Tramway du Mont-Blanc, Le Fayet 548m.- Le nid D'aigle 2372m.
una vez en Bellevue tenemos dos opciones, bien subir por la vía del tren, camino más corto pero prohibido (hay cárteles), bien desviarnos a la derecha para seguir por el camino legal, que aunque tampoco es mucho más largo nos hará pegarnos todo el desnivel de este tramo en la parte final,


Fondo izq. Col de Volza
caminamos viendo a nuestra izquierda como el tren cremallera va ganando altura progresivamente, no encuentro a nadie que parezca subir o bajar del Mont Blanc, tan solo algún grupo de senderistas,


Refugio ''turístico'' del Nido de Aguilas 2412m.
El sol radiante sobre la arista de Bionassay
llegar hasta Nid D'aigle me ha llevado algo menos de cuatro horas, 1400 metros de desnivel que he subido a buen ritmo y sin ninguna parada larga. Mucha gente sube hasta aquí en tren simplemente para contemplar la belleza de la arista y el glaciar de Bionassay, y otra parte para iniciar desde aquí su ascenso al Mont Blanc. Después de una paradita para relajar me uno a la hilera que desde la estación del tren desfila camino de Tête Rousse, 


Al fondo la Baraque Forestière des Rognes 2768m.

la vegetación se retira para dejar paso al reino de las rocas y las nieves,


Aiguille du Midi y a su derecha la arista de los Cósmicos
Chamonix, cuna y meca del alpinismo
Tête Rousse 3167m.
ya diviso mi objetivo del día, el refugio de Tête Rousse, para llegar hasta el cruzo el glaciar homónimo pisando mis primeras nieves alpinas, 



han sido algo más de dos horas desde Nid d'Aigle, son aproximadamente las dos de la tarde y por fin puedo quitarme la mochila y descansar, pasaré aquí la noche, aunque no dentro del refugio sino en los vivacs que se encuentran a su izquierda, en este podemos comprar agua pero debemos llevar la cartera preparada (5€ la botella de 1,5L) y también podemos hacernos con la llave de una taquilla para dejar las cosas que no necesitemos subir a cima,


Vivacs de Tête Rousse
Simplemente brutal
Glaciar de Bionnassay, vista desde la cama...

provisto de agua para el día siguiente ahora solo queda comer algo beber mucho y descansar, si salimos desde Tete Rousse deberemos fijar la alarma de nuestro despertador a eso de la una de la mañana para comenzar a andar media hora más tarde.



Me ha despertado la Luna, levanto la cabeza del saco y veo el gusano de frontales llegando ya a Gouter, las ultimas luces ya avanzan por la mitad de el espolón, me quedo en shock por unos segundos pero reacciono rápido, quite el despertador a las once de la noche al despertarme y pensar que no me volvería a dormir..., por un segundo pienso en esperar un día más pero la idea se esfuma al instante, guardo lo que no necesito tan rápido como puedo en la taquilla del refugio y con el plumas puesto empieza la carrera para atrapar las ultimas luces del gusano. ¿He cruzado ya la bolera? No, aún no, ¡mierda debo estar justo en la mitad!, reconozco un pequeño nevero que memoricé la tarde anterior y vuelvo a echar a correr, las luces aún se me antojan lejanas pero si mantengo este ritmo creo poder alcanzarlas antes de llegar a Gouter, me dejo guiar por las marcas de los crampones sobre la roca y sigo sin problemas el camino, empiezo a oír el rechinar de los mismo sobre la roca, los últimos ya deben estar cerca así que aflojo un poco aunque sigo recortando distancia, yo voy sin crampones puesto que esto es todo roca y se avanza con mucha más facilidad,

Al fondo el refugio de Gouter
al fin me coloco a rebufo del pelotón y aprovechando su ritmo más bajo aprovecho para quitarme el plumas que he dejado sudado completamente y me pongo el forro polar con intención de secarme un poco y no pelarme de frío más arriba, una vez en Gouter es hora de colocar los crampones y sacar un piolet, ya no voy el ultimo y empiezo a adelantar personas cuando la gente empieza a parar, mi ritmo no es más rápido pero si constante con lo que a cada parada adelanto a algún grupillo, es ya en la rampa que te deja en el refugio del Vallot cuando no soy capaz de caminar sin parar para respirar cada ciertos pasos, ¡hipoxia!, había intentado imaginar lo que se siente en altura muchas veces pero a decir verdad no es tan difícil de imaginar ahora que lo he sentido, andar supone para los pulmones lo que correr a nivel del mar, así que sin más y con los primeros rayos del sol entro en el vertedero del Vallot para volver a ponerme el plumas y los guantes finos debajo de los gordos, lo que más tarde descubriré como un error, bebo y como algo con los nervios a flor de piel, ¿llegaré a la cima?, 


El valle de Chamonix permanece dormido

 una vez que dejamos atrás el Vallot la arista de Les Bossons se presenta como una arista larga y bella que se hará ganar en dureza en cada una de sus pendientes más pronunciadas,


Tantas veces sueño contigo...
paso a paso y sufriendo un frío atroz en la mano del piolet lo imposible se va rebelando posible, las ultimas rampas se me antojan muy duras y no será hasta que el sol bañe mi cuerpo cuando me de cuenta de que voy a llegar a la cima, y así sin más, sin un ultimo paso sino siguiendo la cadencia de los que nos han llevado hasta aquí tras años soñando estas en la cima,


Mont Blanc 4810msnm.


 no me abrazo a nadie ni a nada, porque no hay nada en las cimas, solo duermen allí nuestros sueños hasta que llegamos a ellas y saltan corriendo hasta otro lugar para que les sigamos persiguiendo.
 Ahora mismo me quedan unos 15 días para volver a Chamonix, ya no duermo soñando otra vez con pisar esa cima, esta vez la idea es bajar esquiando y después conocer más lugares y cimas alpinas, en fin mucha emoción.
 Saludos.

2 comentarios:

  1. He subido contigo, gracias.

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  2. Que viaje hermano!! Gracias por contarlo con tantos detalles. Este verano me toca a mi!!

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